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¿Qué clase de lenguas se hablaron en la Fiesta de Pentecostés?

A principios del Siglo XX se empezó a generar un mito sobre las lenguas que hablaron los discípulos en la Fiesta de Pentecostés.

Este mito es que se hablaron unas lenguas extrañas e inentendibles, como especies de balbuceos de sonidos sin ningún sentido para los oyentes; pero, la verdad es que en la Fiesta de Pentecostés las lenguas que se hablaron eran idiomas humanos que la audiencia allí reunida entendía muy bien. La Biblia enseña en la Carta de los Hechos lo siguiente:

Cuando llegó el Día de la Fiesta de Pentecostés, estaban todos juntos en unidad. Y de repente fue hecho en el cielo un estruendo, como de una ráfaga de viento impetuoso, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos de Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía hablar. Y habían llegado a Jerusalem hombres judíos piadosos, provenientes de toda nación debajo del cielo. Y cuando ocurrió este estruendo, la multitud se reunió, y estaban confundidos, porque oían a cada uno de ellos hablando en su propio idioma. Y atónitos y asombrados, decían: Miren, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo pues cada uno de nosotros los oímos en nuestro propio idioma en que nacimos: El idioma de los Partos, de medos, de elamitas, y los que habitamos Mesopotamia, de Judea y también de Capadocia, del Ponto y de Asia, de Frigia y también de Panfilia, de Egipto y las regiones de Libia junto a Cirene, y de los romanos, aun los forasteros, tanto judíos como prosélitos, de cretenses y de árabes, los oímos hablando en nuestras lenguas las maravillas de Dios?

Hechos 2: 1-11

Aquel día hubo una predicación de las maravillas de Dios en diferentes idiomas humanos, fue con traducción simultánea. A pesar de que los discípulos no sabían hablar esos idiomas, Dios los puso a hablar; sencillamente fue un gran milagro y la demostración del Poder de Dios y de su deseo que el Evangelio del Mesías sea predicado en todos los idiomas.

Así que el don de lenguas o idiomas es un don que el Señor suministra por su Espíritu para que alguien pueda dar un mensaje en un idioma que no sabe el hablante, pero que sí entiende el oyente, y lo hace de manera entendible y no con balbuceos que no se entienden.