En el año 350 d. C. el Pontífice Romano Julio I pidió que el nacimiento de Jesucristo fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual fue decretado por el papa Liberio en el año 354.
La primera mención de un banquete de Navidad en honor al nacimiento de Jesucristo en tal fecha en Constantinopla, data del año 379, bajo el arzobispo Gregorio Nacianceno.
Esta medida se adoptó para seguir la tradicional celebración de la antigua fiesta pagana del Nacimiento Anual del dios Sol, en el solsticio de invierno (Natalis Invicti Solis), adaptada por el Sistema Católico para permitir la conversión de los pueblos paganos, a fin de que no se vieran obligados a renunciar a sus fiestas paganas, pero abrazaran el catolicismo.
Y así fue como una fiesta pagana terminó disfrazada de luz. Ya lo advertía el apóstol Pablo en su Segunda Carta a los Corintios
Y no se extrañen de estas cosas, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz.
2 Corintios 11: 14
