El Mashíaj nos advirtió que el mundo nos aborrecería por causa de Él, y uno de los primeros que vivió esa situación fue Estefan. Esto lo vemos narrado en el libro de los Hechos.
Hechos 7:9-10 “Sin embargo, algunos de la llamada Asamblea de los Libertos, entre ellos kirenitas, alexandritas, de los de Cilicia y Asia, se levantaron para disputar con Estefan. Pero no podían resistir a la sabiduría y al espíritu con que él hablaba”
Hubo algo que quebró todo, y ya no hubo retorno y fue cuando Estefan los confrontó con el pecado.
Hechos 7:51-54 “Pero ustedes son tercos, incircuncisos de corazones y de oídos. Ustedes están siempre resistiendo al Espíritu del Santo; tal como sus padres, así también son ustedes. ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, cuyos traidores y asesinos ustedes ahora han llegado a ser. Ustedes que recibieron la Toráh ordenada por medio de los ángeles, pero no la quisieron guardar. Y al oír estas cosas, se enfurecieron en sus corazones y rechinaban los dientes contra él”
Estefan los confrontó con la verdad cuando les habló de la Toráh que les había sido dada, pero no habían guardado, esto provocó que lo apedrearan.
Hechos 7:55-57 “Pero él, lleno de Espíritu de Santidad, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Elohím, y a Yeshúa en pie que procedía de la diestra de Elohím. Entonces dijo: ¡He aquí, contemplo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre en pie procediendo de la diestra de Elohím! Pero ellos, gritando a gran voz, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él”
El hablar y enseñar la Toráh en un mundo perdido no hará que nos lluevan aplausos, sino piedras.