La mayoría de los cristianos sinceros rechazan el Halloween porque entienden que tiene un origen y un trasfondo pagano, y por ende demoniaco; aunque se han hecho muchos esfuerzos por hacerlo parecer como una celebración inocente para niños. Y es que la mera celebración lo demuestra, por lo que no hay que tener mucho discernimiento para entender su significado espiritual. Pero, no hay nada más peligroso y engañoso que aquello malo que se disfraza de bueno, y no lo muestran tal como es. Este es el caso de la Navidad, que al igual que el Halloween tiene un origen y un trasfondo pagano, por tanto, demoniaco.
La diferencia entre el Halloween y la Navidad, es que la última, sí lograron disfrazarla y convencer a la mayoría de que es “buena”, a tal grado de hacerles creer a muchos que el Mesías y Salvador nació el 25 de diciembre, aunque la Biblia enseña con lujos de detalles la verdadera fecha de su nacimiento, y asociar así al Glorioso Hijo del Dios Eterno y Verdadero con una celebración totalmente idolátrica. Pero como Satanás es experto en disfrazarse de luz, ha logrado, por medio de este disfraz, engañar a multitudes. Y por eso, vemos a muchos pastores defendiendo la Navidad a muerte, incluso alentando a sus fieles a celebrarla; pero eso sí, rechazando las Fiestas Bíblicas, porque según ellos son judías, pero la Navidad no es para nada romana ni pagana, sino cristiana. La Biblia enseña:
Porque aquellos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles del Mesías. Y no es de extrañar, porque el mismo Satán se disfraza de ángel de luz. Así que, no es muy extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia. Aunque el final de ellos será conforme a sus obras.
2 Corintios 11:13-15
Ese engaño es debido a la falta de discernimiento real que tienen las personas, y por eso terminan llamando bueno a lo malo, tal como lo advierte la Biblia. Muchos están convencidos que son espirituales y tienen discernimiento, pero ese es otro engaño en el que han caído, y creyendo que los son, aceptan celebrar la Navidad sin señalar el peligro tan grande y la idolatría tan tremenda en que se convierte cuando alguien la celebra. De ahí la advertencia Bíblica:
¡Ay de los que dicen que lo malo es bueno, y que lo bueno es malo! ¡Ay de los que ponen la luz por tinieblas y las tinieblas por luz! ¡Ay de los que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ¡Ay de los que se tienen por sabios, y a sí mismos se consideran discernidores! ¡Ay de los envalentonados para beber vino, y de los aguerridos para mezclar licor! ¡Ay de los que justifican al impío por medio del soborno, y a los justos les quitan su justicia! Porque como la lengua de fuego devora el rastrojo, y la paja se consume en la llama, de igual forma su raíz se pudrirá, y como el polvo se disipará su fruto, porque desecharon la Toráh [Ley] de YHWH Tsevaot, y por tanto despreciaron la Palabra del Santo de Yisrael.
Isaías 5:20-24
Tengamos en cuenta que la mesa que se sirve para celebrar la Navidad es una mesa idolátrica, así la hagan en “honor” de Jesucristo, y la Biblia es muy clara cuando se advierte de las mesas dedicadas a los ídolos.
Así que, en cuanto a participar de la comida que ha sido dedicada a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios. Y aun cuando existen los llamados “dioses”, sea en el cielo o en la tierra, pues claramente hay muchos “dioses” y muchos “señores”, para nosotros, sin embargo, hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todos, y nosotros le pertenecemos a Él. Y también un solo Señor, Yeshúa Mesías, por medio de quien son todas las cosas, y nosotros por medio de Él. Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Pero algunos habituados hasta ahora a los ídolos, participan de la comida dedicada a ídolos, por cuanto la conciencia de ellos es débil, y por tanto contaminada. Ciertamente, el hecho de que Dios nos acepte no depende de lo que comemos, pues no vamos a ser mejores o peores por comer o no comer. Pero estén examinando su autoridad, no sea que de alguna manera se conviertan en tropezadero para los débiles. Pues si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado en una mesa de idolatría, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a participar de la comida que ha sido dedicada a los ídolos? Y por cuanto tú sí tienes conocimiento, se echará a perder el débil, aquel hermano por quien también el Mesías murió. Y así, pecando contra los hermanos, e hiriendo su débil conciencia, contra el Mesías estarás pecando. Por eso, si aquella comida es tropezadero para mi hermano, de ningún modo comeré de aquella carne, para no hacer tropezar a mi hermano.
1 Corintios 8:4-13
¿Cuántos altares e iglesias estarán alentando a sus fieles a participar de esta celebración idolátrica con el pretexto del nacimiento del Mesías? ¿Cuántos pastores se convertirán en tropezadero para su mismo rebaño?