Los Unitarios, que afirman que Yeshúa es el Padre o YHWH, han alegado por algunos siglos que el texto de Isaías 9:6 es la prueba de que a Yeshúa (Jesús) se le llamó “Padre Eterno”. Eso sucede porque ellos se basan en la traducción que hizo el monje católico Casiodoro de Reina en 1569 que dice así:
“Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado: y el principado es aſſentado ſobre ſu ombro. Y llamarſehá Admirable, Conſejero, Dios, Fuerte, Padre eterno, Principe de paz”.
Isaías 9:6
La anterior es de 1569, la de Reina-Valera de 1960 dice así:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Isaías 9:6
Pero cuando revisamos la traducción oficial del texto hebreo al español, teniendo en cuenta el contexto hebreo, dice así:
“Porque un niño nacerá para nosotros, un hijo nos fue entregado, está el gobierno sobre su hombro. Y llamó a su nombre el Maravilloso Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno: Sar Shalom (Príncipe de Paz)”.
Como vemos el texto Hebreo no llama “Padre Eterno” al niño que nos es dado, sino al mismo YHWH, que a su vez siendo Él Maravilloso Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, llama al niño “Príncipe de Paz.
El problema de quienes argumentan que el nombre “Padre Eterno” le es dado a Yeshúa, es que desconocen el hebreo y el contexto hebreo, pues se basan en la traducción del monje católico Casiodoro de Reina y lo interpretan según esa traducción. Ese es el problema de no estudiar las Escrituras Sagradas con base al texto hebreo, o de quienes enseñan la Palabra sin saber de contexto hebreo.
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