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¿Y tú qué responderías?

El Señor Yeshûa, después de haber resucitado tuvo un encuentro muy íntimo con Pedro en el que le hizo una pregunta trascendental. Veamos lo que dice el evangelio:

Cuando terminaron de comer, Yeshûa le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que a todos? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero —le contestó. —Apacienta mis corderos —le dijo Yeshûa. Y volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. —Cuida de mis ovejas. Por tercera vez Yeshûa le preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pero a Pedro le dolió que en la tercera vez Yeshûa le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. —Apacienta mis ovejas —le dijo Yeshûa—.

Juan 21:15-17

Si observamos cuidadosamente la primera pregunta que Yeshûa hizo a Simón conocido como Pedro fue: ¿Me amas más que a todos? Pero Pedro respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.

La palabra griega que aparece en el evangelio que Yeshûa usó para preguntar a Pedro si le “amaba” más que a todos fue: “agapâs” “αγαπας”, que en hebreo es equivalente a “ahavâh” “אַהֲבָה” que es la palabra que se usa en Deuteronomio 6:5 cuando dice: “Amarás a YHWEH tu Dios…”. “Agapâs” viene de “agapâo” “ἀγαπάω” y significa “amor que está por encima de todo, sin condiciones”.

Pero, la palabra griega que se usó en el evangelio para la respuesta que Pedro le dio a Yeshûa fue: “φιλω” “filô” que viene de “filêo” “φιλέω”, que es el afecto de amistad que se siente por alguien o por un familiar, que está por debajo de “agapâo”.

Ante la primera respuesta dada por Pedro a Yeshûa, Él tuvo que bajar su apuesta con Pedro y ya no preguntarle si le amaba más que a todos, sino: ¿me amas “agapâo”? Sin embargo, la respuesta de Pedro fue la misma que la primera: Te quiero “filô”.

En un tercer intento Yeshûa bajo mucho más, pues ahora le pregunta: ¿Me quieres “fîlis – φιλεις”?

Y ante esta pregunta Pedro se dolió, pues ahora Yeshûa había dejado de preguntarle si lo amaba, para preguntarle simplemente si lo quería.

En ese momento Pedro no tenía la suficiente madurez que requería para poder responder correctamente al Maestro, por eso Yeshûa haciendo uso de su amor infinito y eterno descendió hasta la posición de Pedro, para ayudarlo posteriormente a subir y que llegase a ser ese hombre y apóstol que fue.

Eso es lo que hace siempre el eterno Dios a través de Su Hijo nuestro Mesías, el cual está dispuesto a bajar hasta la posición más inferior del ser humano, para que éste pueda ascender y convertirse en un verdadero hijo de Dios. De ahí entendemos por qué Yeshûa estando en su condición divina descendió a lo más vil y bajo por nosotros, todo eso lo hizo por amor.

La Biblia enseña:

Haya, pues, en ustedes este mismo sentimiento que hubo en el Mesías Yeshûa, el cual, estando en la misma forma de Dios, no reclamó ser igual a Dios, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Yeshûa se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yeshûa el Mesías es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:5-11

Recuerda que Él descendió para que tú pudieras ascender.