Carta a los Creyentes de Roma
Consideraciones
Antes de empezar a leer esta hermosa y maravillosa Carta, debemos tener en cuenta algunos aspectos que nos permitirán entenderla de manera objetiva y con precisión. Esta carta fue escrita por el apóstol Shaúl, nombre hebreo que significa “el que busca o indaga”, y fue el nombre con el que él había sido conocido desde niño. Poco tiempo después de su conversión a Yeshúa Mashíaj, Shaúl empezó a usar el seudónimo en latín de “Paulo”, (en la mayoría de las Biblias “Pablo”), que significa “pequeño”. De hecho, en todas sus cartas él va a usar el seudónimo de “Paulo” para identificarse.
Recordemos que Paulo fue un maestro de la Toráh (Ley de Elohím), pero desde la interpretación farisea, que era la secta a la que él pertenecía y una de las más estrictas e impositivas que existían en el judaísmo de entonces. Sin embargo, él fue fariseo sólo hasta su conversión, y posterior a ella empezó a reinterpretar la Toráh, pero desde el enfoque correcto, exacto y verdadero, teniendo como base las enseñanzas del Único Gran Rabino Yeshúa Mashíaj, el Hijo del Elohím Viviente, por tanto, renunciando a la interpretación errónea de la Toráh dada en el fariseísmo. Es necesario aclarar que lo que actualmente se conoce, en general, como “Judaísmo” es lo que antiguamente se llamaba “Fariseísmo”.