Para el siglo I, los baños romanos, una maravilla de la ingeniería de entonces, cobraron mucha importancia, pues se convirtieron en un espacio para socializar. El agua se calentaba por el fuego encendido debajo de la piscina y el aire caliente circulaba entre las paredes de la bañera, para que tanto la temperatura del agua como la temperatura del edificio permanecieran constantes. El agua utilizada en los baños romanos se transportaba generalmente desde la fuente de agua hasta el baño con la ayuda de acueductos.
Los romanos solían ir todos los días y se quedaban por horas allí. Los ricos acostumbraban a llevar a sus esclavos los cuales tenían la tarea de llevar toallas y bebidas. Por lo general antes de entrar a los baños, era habitual haber estado en los Gimnasios. La palabra «Gimnasio» viene del griego «gymnos», que significa «desnudez». Por tanto, «Gymnasium» significa «lugar donde se va desnudo». Los Gimnasios de aquel tiempo, eran centros de educación física, a los que se solía asistir sin ropa, de la misma manera que en los baños y las aulas de estudios. De esto se desprendían prácticas como orgías y toda clase actos obscenos. Se rendía culto al cuerpo, el cual era exhibido de continuo en estos lugares.
Pero lo mismo que sucedía con los Gimnasios, pasaba con los Baños, en los que los límites de la socialización se traspasaron desembocando en muchos actos de orgías y prostitución. Fue tanto el desenfreno que, por ejemplo, el emperador Trajano prohibió a hombres y mujeres bañarse juntos en el Baño de Éfeso en el año 98, para evitar los bochornosos espectáculos sexuales que algunos daban ahí, así que había un tiempo establecido para las mujeres y otro para los hombres. Aunque esta medida solo solucionó el problema de relaciones sexuales entre hombres y mujeres en los baños, pero no las relaciones homosexuales entre hombres, y entre mujeres.
Debido a ese libertinaje que se vivía, especialmente en la ciudad romana de Éfeso, son muy entendibles las palabras que escribió el apóstol Shául (Paulo):
Efesios 5:1-16 Por tanto, sean imitadores de Elohím como hijos amados. Así que, anden en amor, como también el Mashíaj nos amó, y se entregó a Sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio a Elohím en olor fragante. Pero, acerca de inmoralidad sexual y toda impureza, o codicia, ni siquiera se mencione entre ustedes, como es propio de los que son santos; tampoco la conducta obscena, ni el hablar insensateces, ni el hacer chistes vulgares, puesto que eso no es apropiado; sino más bien con acción de gracias. Pues ustedes saben muy bien al respecto de esto, ya que ningún inmoral, o impuro, o codicioso, es decir idólatra, tiene herencia en el Reino del Mashíaj y también de Elohím. Nadie los engañe con palabras huecas, pues a través de estas cosas viene la ira de Elohím sobre los hijos de desobediencia. ¡Por tanto, no se asocien con ellos! Pues, aunque en algún momento ustedes fueron tinieblas, no obstante, ahora son luz en el Adón; así que, como hijos de luz: ¡Compórtense! Pues el fruto de la luz consiste en total bondad, justicia y verdad. Examinen qué es lo que agrada al Adón, y no participen de las obras infructuosas de las tinieblas, sino mejor: ¡Denúncienlas! Porque incluso es vergonzoso mencionar lo que ellos [los desobedientes] hacen privadamente. Pero al final todo quedará al descubierto por la luz que lo hará visible, porque la luz hace que todo sea visible. Por eso está dicho: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos», entonces te alumbrará el Mashíaj. Por tanto, observen cuidadosamente cómo se comportan, no como ignorantes, sino como sabios; obteniendo para ustedes la Temporada Establecida, porque los días son malos.