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La ofrenda para Azazel

En Levítico 16 encontramos algo único y peculiar que se celebraba en Yom Kipurim, pues se encuentra una ceremonia concerniente al macho cabrío “para Azazel”, la cual ha cautivado la mente de los intérpretes, tanto cristianos como judíos por igual. De hecho, no tiene paralelismo en la legislación mosaica o en el mundo pagano. Es única, muy singular e impresionante. Por lo que el significado exacto de esta ceremonia era y continúa siendo una de las cuestiones más complejas.

Sin embargo, en esta ocasión llamo la atención sobre un hecho particular descrito en Talmud de Babilonia en el que tratan de explicar el tema y se menciona un rito que no aparece atestiguado en la Toráh como parte de la ceremonia, pero que era tradición en el pueblo.

Se dice que una cinta de color carmesí era atada a la cabeza del chivo para Azazel y la otra parte de la misma cinta de lana se conservaba a la entrada del Santuario. Esta cinta, se tornaba de color carmesí a blanco y era una señal que anhelaba el pueblo, ya que eso significaba para ellos que YHWH había recibido la ofrenda por los pecados tal como esta atestiguado en (Yomá 67a:9).

Pero el mismo Talmud, también dice algo impresionante: “Los Sabios enseñaron: Durante el mandato de Shimón HaTsadik , la suerte de Dios siempre surgió de la mano derecha del Sumo Sacerdote; sin embargo, después de su muerte, ocurrió sólo ocasionalmente. Pero durante los cuarenta años antes de la destrucción del Segundo Templo, la suerte de Dios no surgió en nunca más de la diestra del Sumo Sacerdote. De igual forma, la tira de lana carmesí que estaba atada a la cabeza de la cabra que se envió a Azazel no se volvió blanca, y la lámpara que estaba más al occidente del candelabro no ardíó continuamente” (Yomá 39b:5).

Este texto habla de “los cuarenta años antes de la destrucción del Segundo Templo” en que la cinta no se volvió nunca más blanca, coincidiendo con la fecha de la muerte del Mesías, es decir, después del Mesías Yeshúa nunca más se dio aquel evento descrito en el Talmud, y podríamos decir que aún por medio de sus propios ritos el Eterno daba testimonio al pueblo judío de quién era el verdadero Sacrificio.

Y les dijo: A ustedes les es dado conocer el misterio del Reino de Dios; mas a los que están por fuera, por parábolas todas las cosas; para que por mucho que vean, no perciban; y por mucho que oigan, no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.

Marcos 4:11-12