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Fuego extraño

Cuando leemos la historia de Nadav y Avihú en Levítico 10, acerca del “fuego extraño” que ellos ofrecieron, entendemos que su error fue haber encendido su “propio fuego” y no haber tomado del Fuego con que el Eterno Dios había encendido el Altar. La Biblia nos enseña que la Palabra es como Fuego.

¿Acaso mi Palabra no es como Fuego, dice YHWH?

Jeremías 23:29a


Los verdaderos hijos de Dios están llamados a tomar del Fuego encendido por Dios que es Su Palabra, así que todo lo que hagamos y hablemos debe ser de acuerdo con sus Mandamientos.

Pero, nos vamos a ver tentados muchas veces a encender nuestro “propio fuego”, para que seamos nosotros los que brillemos y tengamos protagonismo, como parte de la realización nuestros propios sueños y deseos a costa de ir en contra de la voluntad del Creador.

La vida del creyente no se trata de su autorrealización y autosatisfacción, ¡no! Se trata de su negación a sí mismo, y de vivir de acuerdo con la Voluntad del Altísimo.

Entonces Yeshúa dijo a sus discípulos: Si alguno de ustedes quiere venir tras de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

Mateo 16:24

¿De qué les sirvió a Nadav y a Avihú haber querido presentar servicio a Dios si no lo estaban haciendo conforme al Mandamiento que Él les había ordenado? ¿De qué sirve que nosotros le presentemos servicio a Dios si no lo hacemos conforme a sus Mandamientos?

El resultado para esos personajes fue la muerte. Y antes de que sea demasiado tarde para nosotros reflexionemos sobre este asunto: Si queriendo servir a Dios, ¿estamos presentando fuego extraño que no es conforme a los Mandamientos que Él ha ordenado?