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Jano, la divinidad que dio nombre a enero

Te has preguntado alguna vez, si septiembre significa mes séptimo ¿por qué es el noveno mes del calendario, y así con los demás meses como octubre mes octavo, noviembre mes noveno y diciembre mes décimo? ¿Por qué hay un desfase de dos meses a lo que correspondería el nombre de cada mes?

Esto se debe a que en la antigüedad los romanos tenían un calendario de diez meses, el cual empezaba con el mes de marzo en honor al dios Martius o Marte, quien según la mitología romana fue padre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo. Era, a su vez, el protector del pueblo romano, sobre todo de los agricultores y soldados: las dos actividades tenían su comienzo en esta época del año.

Cuando se decidió hacer un calendario solar que coincidiera con la fase completa de inicio y final del solsticio de invierno, para ello se introdujeron dos meses más, “enero y febrero”, los cuales fueron puestos a la cabeza del calendario, con el propósito principal de dar adoración a Jano. Así en el año 45 antes de la era común se estableció este calendario por parte del emperador Julio César en honor al dios Jano.

Aunque muchas divinidades romanas se sincretizaron con dioses extranjeros, algunas deidades primigenias de la Roma original permanecieron inalteradas. Entre estas destacaba Jano, un dios, que según la mitología romana era omnipresente y presidía los cambios y los espacios de transición; por eso, Jano es representado con dos caras, mirando hacia ambos lados de su perfil y no tiene igual en la mitología griega.

Jano, en latín es Janus, y según la mitología romana es el dios de las puertas y de los comienzos y los finales del tiempo. Por eso, le fue consagrado el primer mes del año y se le invocaba públicamente el primer día de Enero, mes que debe su nombre a la expresión latina januarius (reconocimiento a Jano) y que posteriormente pasó a decirse Janeiro y de ahí a Janero, por último Enero. Por tanto, cada 1° de Enero se dedicaba un festival de adoración al dios Jano el dios de los tiempos, por un nuevo año que comenzaba y uno que se iba. El 1° de Enero se declaró día festivo para que todo el mundo se alegrara y participara activamente de la adoración al dios Jano, se hacían entonces grandes banquetes y celebraciones en agradecimiento a él.

Así que, en su honor, el primer día del mes se invocaba su nombre para que trajera buena fortuna y los romanos intercambiaban obsequios y comían 12 uvas para que Jano les trajera prosperidad, una por cada mes del año, de tal manera la gente se deseaba un próspero año nuevo en honor y adoración a Jano.

Para los romanos, este dios dominaba todo aquello relacionado con el cambio y es fácilmente reconocible por su atributo más característico: las dos caras que miran en direcciones opuestas, por lo que su epíteto más común es “bifronte”, el de los dos rostros, una mirando hacia el pasado y la otra hacia el futuro.

Otros dos de sus epítetos eran “el que abre las puertas” y “el que cierra las puertas”. En los lugares que marcaban el límite entre lo que estaba “dentro” y lo que estaba “fuera”, se colocaban estatuas del dios para que abriera y cerrara el paso; no físicamente sino en el aspecto sagrado.

Incluso, hasta el día de hoy en Roma hay un monte llamado Janículo en honor a Jano, y era el que daba entrada a Roma, ahí se levantaban alatares en honor de él.

También era la principal deidad a la que el padre de familia, que se ocupaba del culto doméstico, dedicaba sus oraciones por la mañana antes de empezar alguna actividad. También se le pedía su favor en el inicio de un trabajo, al abrir un negocio o antes de proceder un rito social como el matrimonio o la mayoría de edad de los varones.

Incluso cuando se rendía culto a otra deidad, se empezaba por invocar el nombre de Jano puesto que este “abría” el camino para que los mortales pudieran comunicarse con los dioses. Por ese motivo se le considera en algunas fuentes romanas como el primer dios en haber existido.

Como el calendario global y civil, es decir, el calendario Gregoriano, sigue el patrón en honor a Jano, nosotros solo lo usamos para las cuestiones de tiempo natural y establecer así las citas y fechas naturales, pero no celebramos el año nuevo según este calendario, pues entendemos que el inicio de año de este calendario es en honor a Jano (Enero), y según la Biblia el año no empieza en Enero, sino que empieza en el mes de Aviv hacia la primavera. La Biblia enseña:

Habló YHWH a Moshéh y a Aharón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes será para ustedes la cabeza de los meses. Será éste para ustedes el primero de los meses del año.

Éxodo 12:1-2

Ustedes salen hoy de Egipto, en el mes de Aviv.

Éxodo 13:4

También dice la Biblia:

Ellos no son del mundo, como Yo tampoco soy del mundo. Santifícalos en la verdad, tu Palabra es la verdad.

Juan 17:16-17

No se adapten al molde del mundo, sino transfórmense por la renovación de la mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios; es decir, lo bueno, lo agradable y lo perfecto.

Romanos 12:2

Porque aunque vivimos en la carne, no militamos según la carne. Por lo que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas.

2 Corintios 10:3-4

No amen al mundo ni las cosas que del mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

1 Juan 2:15