Esta fiesta vista desde su óptica profética se refiere al reinado futuro cuando regrese a la Tierra el Mesías y Salvador, nuestro Señor Yeshúa.
Esta fiesta culmina con una celebración llamada Hoshanna Rabbah (El gran sálvanos por favor) y fue exactamente ese día en el que se levantó el Mesías y dijo:
Si alguien tiene sed venga a mí y beba. El que cree en Mí, conforme lo dice la Escritura, entonces de su interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:37-38
El grito de Hoshanna, fue la expresión con la que el pueblo judío recibió a Yeshúa en su entrada a Jerusalem, con esta proclamación lo vitoreaban y reconocían como el Rey, lo que exacerbó los ánimos de los gobernantes y religiosos de aquel tiempo en contra de Yeshua y, por eso, Poncio Pilato le preguntó insistentemente: “¿Eres tú el rey de los judíos?”
También, Pilato, mandó a poner sobre el madero una placa escrita en tres idiomas, hebreo, griego y latín que decía: “Yeshua, el Rey de los judíos”.
La Biblia enseña que en aquel tiempo los hombres no recibieron al Mesías como Rey, pero en su regreso toda la humanidad tendrá que reconocerlo como Rey quieran o no.
