La palabra hebrea que comúnmente es traducida en la mayoría de las Biblias como “adorar” es “shajáh” “שָׁחָה”; que significa: “postrarse, rendirse, doblegarse”.
Una de las primeras veces que aparece esta expresión en la Biblia Hebrea es en el libro de Bereshit (Génesis) 22:5, veamos:
Y dijo Avraham a sus jóvenes criados: Permanezcan aquí con el asno, que yo y el joven iremos hasta allá y nos postraremos (shajáh). Después regresaremos con ustedes.
El contexto del versículo anterior es que el Eterno Elohím le había pedido a Avraham que sacrificara a su hijo amado Yitsjaq, ante lo cual Avraham accede, rindiendo su deseo y voluntad ante la Voluntad del Creador. Eso es adorar, rendirnos, doblegarnos ante la Voluntad Gloriosa de nuestro Padre Celestial, sin objetar nada, sin vacilación ni excusas. Sencillamente es menguar a nuestro yo, a nuestro ego, a nuestro deseo para que nuestro Elohím crezca en nosotros.
Adoramos sabiendo que YWHW nuestro Elohím siempre tendrá el control de todo, así nosotros no entendamos el porqué de las cosas, o la explicación de lo que se nos pide que hagamos. Simplemente nos rendimos a Su Poderosa Voluntad.
En la acción de adorar, por ejemplo, no cuestionamos el porqué debemos guardar Sus Mandamientos, tan solo nos rendimos ante Él y lo hacemos, así no haya ni siquiera una explicación desde nuestra lógica respecto a los que se nos pide que hagamos. Por eso, quedó testimonio de que Avraham guardó todos los Mandamientos de Elohím, tal como lo vemos en Bereshit (Génesis) 26:4-5:
Génesis 26:4-5 Multiplicaré tu simiente como las estrellas de los cielos, y daré a tu simiente todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, como recompensa a que Avraham obedeció y guardó lo que Yo guardo: Mis Mandamientos y mis Estatutos de mi Toráh.
El profeta Avraham tenía un conocimiento profundo del Shaday, eso hacía que él estuviera siempre presto a hacer Su Voluntad, sabiendo que, si aún su hijo era sacrificado, el Eterno lo podía levantar de entre los muertos, tal como lo dice la carta a los Ivrim (Hebreos)
Hebreos 11:17-19 La fe por la que Avraham, habiendo sido probado, ofreció a Yitsjaq, y el que recibió las promesas ofrecía a su unigénito; aunque se le había dicho: «Tu simiente será llamada por medio de Yitsjaq»; teniendo en cuenta que Elohím es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, metafóricamente, también lo volvió a recibir.
Y tú ¿estás adorando verdaderamente?