Somos Contracorriente

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Steven Gerrard jugador del Liverpool anunció a sus 34 años de edad su retiro del fútbol. Pero la historia que hay detrás de este gran jugador es lo que hace más emocionante su anuncio.

Después de haber jugado 695 partidos, logrado diez trofeos y haber marcado 180 goles, Gerrard se despide del equipo de sus amores y de su alma, el Liverpool.

Guerrard llegó al Liverpool a los 8 años de edad y fue subiendo peldaño tras peldaño pasando por todas las divisiones inferiores de este equipo, hasta que vio cumplido su sueño a los 17 años cuando debutó en la primera división, ese día en especial juró que nunca jugaría en otro equipo, juramento que cumplió a cabalidad hasta el día del anuncio de su retiro de las canchas. Él solo tendría corazón para el equipo de su vida.

En un mundo como lo es el fútbol en el que los jugadores están dispuestos a irse con el mejor postor, con el que más les pague, no fue fácil para Gerrard mantener su juramento, pues grandes y poderosos equipos pusieron su mirada sobre él, es el caso del Real Madrid quien le hizo una millonaria oferta para que engrosara sus filas, sin embargo a pesar de tamaña tentación y lo deslumbrante de ésta, el jugador no sucumbió ante ella, permaneció fiel a sus convicciones y al juramento que había hecho de permanecer y jugar solo en el equipo que él realmente amaba. Fueron muchas las ofertas tentadoras y a todas dijo: ¡No! Se mostró como un hombre íntegro para su equipo y remó contra la corriente.

Lo que marcaba diferencia entre Gerrard a cualquier otro jugador, es que más que un jugador él era un hincha del equipo para el cual jugaba, por eso cuando salía a la cancha no lo hacía para jugar sino para luchar, salía a dar hasta la sangre por su equipo, y es que en realidad eso era lo que lo caracterizaba pues corría y se movía con ímpetu hasta el pitazo final. Solo lo movía una cosa, su pasión por el equipo de sus amores.

Esa entrega y sacrificio fue determinante para que él haya marcado goles de todas las formas habidas y por haber, luchaba cada balón y no se daba por vencido, de ahí que llegara a ser el capitán emblemático de su equipo. Él representaba y encarnaba a cada hincha y fanático del Liverpool, por eso cuando él saltaba en la cancha, lo hacía todo un equipo.

Se convirtió en tal referente en su equipo que, ante su anuncio, los hinchas están pidiendo que su número 8 con el que siempre jugó en su camiseta, también sea sacado en honor y honra a este guerrero que lo dio todo partido a partido por el equipo de sus sueños.

Si Gerrard lo hizo por su pasión por un equipo de fútbol, cuánto más debería ser la convicción y la pasión de cada creyente en Yeshúa nuestro Mesías y Salvador.

Un día estábamos en las partes inferiores de lo espiritual, pero fuimos llamados por nuestro Señor a estar en las partes superiores, celestiales, ese hecho nos debería llevar a jurar que nunca jamás nos apartaremos de Aquel que nos llamó a su gloria eterna, por lo cual estamos llamados a luchar hasta la sangre, correr la carrera hasta terminarla y no darnos por vencidos.

Es obvio que esta decisión nos llevará a remar contra la corriente, y no va a ser fácil, pero es que no somos nosotros, sino que es Él en nosotros dándonos la fuerza por su Espíritu.

También estamos llamados a ser fieles a nuestro Señor, no importando cuán tentadora sea la oferta que el mundo nos haga, debemos permanecer en el equipo de Aquel que un día lo entregó todo por nosotros. Y así poder llegar al final de nuestra carrera y poder escuchar la voz que nos diga: “Ven buen siervo, en lo poco fuiste fiel, sobre lo mucho te pondré.”

Que muchos Gerrard espirituales se levanten, que sean decididos, apasionados y lo dejen todo en la cancha de este mundo.