En el Evangelio de Lucas encontramos una referencia hecha por nuestro Adón Yeshúa Mashíaj al respecto.
Lucas 17:5-6 Dijeron los apóstoles al Adón: ¡Añádenos fe! Entonces les dijo el Adón: Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: ¡Desarráigate y plántate en el mar! Y los obedecerá.
El árbol de sicómoro llega a crecer en promedio a los 20 metros de altura y 6 metros de anchura con una copa bastante espesa. Es extremadamente grande si se lo compara con una pequeña semilla de mostaza.
Obviamente, Yeshúa no está hablando de nuestra capacidad de poder ordenarles a los árboles que se desarraiguen; ni tampoco, solo del tamaño del grano de mostaza, el cual es muy pequeño, incluso comparado con los granos de otras hortalizas. En realidad, Yeshúa está enfatizando en lo fuerte que es el pequeño grano de mostaza, y que así debe ser nuestra fe. Veamos algunas características de la semilla de mostaza:
- La semilla de mostaza es una de las más fuertes que existen, pues no se quiebra ni se rompe al ser pisada o expuesta al fuego.
- Es resistente a la sequía y al calor.
- Puede crecer en casi cualquier tipo de suelo.
- Aguanta muy bien las bajas temperaturas.
- Es resistente a gusanos y parásitos.
- Libera sustancias azufradas al incorporarse al suelo, lo que le da propiedades biocidas, es decir, sustancias que tienen como objetivo neutralizar, contrarrestar, controlar o destruir a organismos nocivos o dañinos.
- Es una opción ideal para abono verde, ya que sus raíces pivotantes descompactan el suelo, acumulan nutrientes y limpian el suelo de maleza.
- Tiene la capacidad de conservarse bien durante todo el año sin verse afectada por los cambios del clima.
A eso se refería nuestro Mashíaj Yeshúa cuando usó el grano de mostaza como ejemplo, pues nos estaba señalando cómo debía ser nuestra fe, no tanto en tamaño, sino en cuanto a clase o tipo fe, la cual debe ser inquebrantable, que no se vea afectada por las diferentes circunstancias que podamos experimentar en la vida. Así como es de resistente la semilla de mostaza, así debe ser nuestra fe. Y obviamente, cada día debe crecer como lo hace la semilla de mostaza. Tal como lo enseña el Evangelio de Marcos:
Marcos 4:31-32 Es como un grano de mostaza, el cual cuando se siembra en la tierra, es el más pequeño de todas las semillas de la tierra, pero cuando se ha sembrado, crece y llega a ser mayor que todas las hortalizas, y echa grandes ramas, a tal grado que, las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra.