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La Verdad Detrás de la Navidad

Lo que hoy conocemos como Navidad es la conjugación de varios elementos y aspectos, muchos de ellos muy antiguos, tanto que pueden tener más de cuatro mil años. Veamos algunas cosas con soporte Bíblico. El profeta Jeremías escribió hacia el año 620 a.C.:

Entonces, todos los que sabían que sus mujeres habían ofrendado incienso a dioses extranjeros, y una gran multitud de mujeres allí presentes, y todo el pueblo que moraba en Patros, en tierra de Egipto, respondieron a Jeremías diciendo: En cuanto a la palabra que nos has hablado en Nombre de YAHWEH, no te obedeceremos. Al contrario, cumpliremos a cabalidad toda promesa salida de nuestra boca, respecto a ofrendar incienso en honor a la Reina de los Cielos, y presentaremos ofrendas ante ella, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalem, con lo cual tuvimos abundancia de pan, y éramos felices, y no veíamos nada de malo. Pero desde que dejamos de ofrecer incienso a la Reina de los Cielos y de presentar ofrendas a ella, todo nos falta, y hemos sido consumidos por la espada y por el hambre. Y añadieron las mujeres: Cuando nosotras incensamos y dimos ofrendas a la Reina de los Cielos, ¿acaso le tributamos culto con tortas con su imagen y ofrendas sin el consentimiento de nuestros maridos? Entonces Jeremías habló a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo: ¿Acaso ha pasado todo esto desapercibido delante de YAHWEH, y no está en su memoria la ofrenda de incienso presentada por ustedes, por sus padres, por sus reyes y sus príncipes y por el pueblo de la tierra en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalem a la Reina de los Cielos? Por eso, ante tal maldad y abominación de su obrar es que YAHWEH no pudo soportar más, y por causa de ello es que su tierra fue puesta en asolamiento, en destrucción y en maldición, hasta quedar sin moradores, como lo está hasta este día. Por haber ofrendado incienso a la Reina de los Cielos es que pecaron contra YAHWEH, y no obedecieron así la voz de YAHWEH, ni caminaron en su Ley ni en sus Estatutos ni en sus Testimonios; por eso ha venido sobre ustedes este mal, como hasta este día.

Jeremías 44:15-23

Pero, ¿quién era la Reina de los Cielos a quien el pueblo de Israel terminó adorando en tiempos del profeta Jeremías?

El título “Reina de los Cielos” era comúnmente dado a Semíramis. Según los datos recogidos por medio de diversos hallazgos arqueológicos, Semíramis reinó por 42 años en la antigua Asiria situada al suroeste asiático al norte de Mesopotamia, y que llegaría a establecerse como Imperio en el año 1813 a.C.

Según las fuentes arqueológicas esta mujer fundó numerosas ciudades y fue quien construyó lo que llegaría a conocerse como una de las siete maravillas del mundo antiguo, los famosos Jardines Colgantes. Esta mujer fue quien conquistó a Egipto y lo sometió a su poder. Debido a todo esto, a Semíramis se le empezó a ver como a una diosa. Por lo que su vida empezó a ser ligada a diferentes leyendas que terminaron por construir todo un imperio de adoración hacia ella.

Algunos hallazgos documentan una relación entre Semíramis y Nimrod. Según éstos se llegó a creer que Semíramis fue la madre de Nimrod, y después de que éste matará a su padre, tomó a su madre como su esposa. Aunque la Biblia no documenta esto sí dice que el padre de Nimrod se llamó Kush.

El libro de Génesis en el capítulo 10, dice que Nimrod era entre otras cosas un hombre muy fuerte y vigoroso cazador, y dado la necesidad que existía en aquella región por causa de los animales salvajes se convirtió en una especie de héroe, lo que le sirvió para ser reconocido por la multitud como su rey, y comenzó a tomar decisiones en el campo político, social y religioso de aquel pueblo. Sin embargo, también señala la Biblia que Nimrod fue el primer hombre en rebelarse contra YAHWEH Dios y se cree que fue él quien dirigió la construcción de la Torre de Babel. Nimrod llegó a ser muy poderoso según lo señala la Biblia:

El principio de su reinado se estableció en Babel, Erec, Acad y Calne y en toda la tierra de Sinar. Habiéndose aumentado su poder en aquella región, fue entonces y edificó Nínive, Rehoboth-Ir, Cala y Resen, entre Nínive y Cala, la cual llegó a ser la Gran Ciudad.

Génesis 10:10-12

De acuerdo a los hallazgos Nimrod estaba llenando la tierra de mucha violencia por lo que fue asesinado y posteriormente su madre-esposa, difundió el mito que él no había muerto sino que había ascendido a los cielos, pues él era un dios. Sea cierta o no, esta historia llegó a conocerse por toda la antigua Mesopotamia como un hecho real y empezó a creerse por todos sus habitantes.

Luego, Semíramis dice estar en cinta de Nimrod quien había sido su hijo y luego su esposo, y quien se había convertido en un dios tras su muerte. Por lo que de esta unión nació Tammuz. Los caldeos llegaron a asociar a Semíramis con Ninsun una de sus deidades a la que llamaban “Rimat-Ninsun” la Gran Reina. El Profeta Ezequiel hacia el 550 a.C. habló de Tammuz:

Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que los líderes de la casa de Israel están haciendo a escondidas, cada uno en sus habitaciones plagadas de imágenes idolátricas? Porque dicen: ¡YAHWEH no nos ve! ¡YAHWEH ha abandonado la tierra! Me dijo después: Observa y verás abominaciones aún mayores que las que ellos hacen. Y me llevó junto a la puerta norte de la Casa de YAHWEH, y vi allí mujeres sentadas llorando a Tammuz.

Ezequiel 8:12-14

Pero, ¿por qué lloraban las mujeres a Tammuz según el profeta Ezequiel?

Según las leyendas encontradas, Tammuz, el hijo de Nimrod y Semíramis era, al igual que su padre, un valiente cazador, pero en un día de caza fue asesinado por un animal salvaje, según los relatos, por un jabalí y su cuerpo cayó sobre un tronco de árbol podrido. Fue cuando su madre inventó el mito que de ese tronco había nacido un pino. Todo esto lo hizo Semíramis para aferrarse al poder del reino.

Aquella historia llegó a convertirse en tradición, así que cada año se conmemoraba la muerte de Tammuz en verano, lo cual hacían las mujeres llorando a la puerta de los templos dedicados a él, tal cual lo narra el profeta Ezequiel, pero con la esperanza de su posterior nacimiento cada año en invierno, cuando Ishtar, su esposa y hermana a la vez, descendía al inframundo y lo resucitaba. Fue así que la fiesta de Tammuz llegó a ser la más celebrada entre los pueblo antiguos llegando a conocerse como la Fiesta de la Natividad o Nacimiento, del “Dios Sol Invencible”, o sencillamente Navidad.

Esta celebración se hacía de acuerdo al mito que su madre Semíramis había difundido y constaba de ir al bosque a cortar un árbol preferiblemente de pino, el cual llevaban hasta la casa y luego lo adornaban con oro y plata, para rendir así adoración a Tammuz quien llegó a tener el título de “Dios Sol Invencible”. Esta práctica pagana había permeado tanto al mundo antiguo que hasta Israel terminó celebrándola.

La Biblia enseña:

¡Oigan la Palabra que les dice YAHWEH, oh casa de Israel! Así dice YAHWEH: No aprendan a hacer lo mismo que hacen las naciones, ni se dejen engañar por sus signos celestes, aunque las naciones crean en ellos. Porque las tradiciones de las naciones son solo vanidad. Ellas cortan un árbol en el bosque, y luego a base de obra de mano lo labran con herramienta, y lo adornan con plata y oro, sujetándolo con clavos y martillos para que quede firme.

Jeremías 10:1-4

De lo anterior, que está bien documentado en todos los hallazgos arqueológicos, es que podemos entender lo dicho por el profeta Jeremías cuando hablaba del árbol que adornaban con plata y oro, y a qué era que él se refería, pues este árbol era una adoración a Tammuz.

El mito de Tammuz e Ishtar su mujer, está perfectamente descrito en innumerables textos babilónicos y cantado en numerosos himnos, que éste pasó a los fenicios como el culto de adoración a Adonis, y de allí a Grecia y Roma, donde se expresó en la forma del mito de Adonis y Venus.

Para los primeros siglos de nuestra era, esta tradición había tomado su mayor fuerza y se celebraba todos los años como culto de adoración a esta deidad como parte de los saturnales, en el solsticio de invierno en el hemisferio norte, que empieza el 20 de diciembre llegando a su auge en el día más corto del año, el 25, día en que nacía este ídolo.

Las familias acostumbraban a reunirse en casa alrededor de aquel árbol, contra el que ya tiempo atrás hablaba el profeta Jeremías, el cual habían preparado y adornado con anticipación y hacían un gran banquete o cena en honor a Tammuz en medio del invierno que los acompañaba y, quien según creían ellos, les traería un nuevo año de cosechas y bendiciones cuando nacía el 25 de diciembre. Acostumbraban a compartirse regalos como parte de la alegría de que Tammuz había nacido de nuevo y ello conllevaba bienestar para sus familias.

Para el siglo IV d.C. cuando Constantino llegó al trono del Imperio Romano, éste hizo que el cristianismo fuera adoptado como la religión oficial del Imperio, sin embargo las celebraciones paganas más significativas no fueron abolidas sino que fueron disfrazadas, dándoles una apariencia de cristiandad, de ahí que la fiesta en honor al nacimiento de Tammuz que para el tiempo de Constantino era en honor del natalicio del “Deo Soli Invictus” “Dios Sol Invencible” pasó a ser la fiesta del nacimiento de Yeshúa (Jesús), y la Reina de los Cielos que era Semíramis, pasó a ser María. Por eso la Biblia enseña:

No se asombren de todo esto, pues hasta el mismo Satanás se disfraza como un ángel de luz.

2 Corintios 11:14

Hasta el día de hoy, desde la orden de Constantino se ha celebrado en Navidad el nacimiento del Mesías y Salvador Yeshúa (Jesús). Pero esto deriva del gran desconocimiento de las Santas Escrituras.

La gran excusa que se ha usado para seguir celebrando el nacimiento del Mesías Yeshûa en Navidad es que nadie sabe en qué fecha nació Él, por lo que celebrarlo en Navidad parece ser lo más justificable y hasta razonable.

Pero, ¿es verdad que la Biblia no enseña en qué fecha nació el Salvador? ¿Será que un evento tan importante como el nacimiento del Salvador no está registrado en las Santas Escrituras? Si bien es verdad que los cumpleaños no se celebraban en la antigüedad, puesto que esto solo era permitido para honrar a los dioses paganos, el Evangelio de Lucas es contundente al señalar el día exacto en el que nació el Mesías nuestro Salvador.

En Lucas 2:8 tenemos una gran fuente de información respecto a la fecha del nacimiento del nuestro Señor Yeshua (Jesús), pues el evangelista usó una expresión clave en su relato: “fülássontes fülakás” “φυλάσσοντες φυλακὰς” algo que se entiende como “Vigilia de vigilias”.

Esa expresión era una forma en griego de referirse a la Vigilia anual en la que se tocaban las trompetas o cuernos (shofarot en hebreo plural). En esta Vigilia se debía estar atento aguardando a cielo abierto para poder observar la primera aparición de la Luna después de venir de su novilunio [Luna Nueva] en la que ésta no se ve por espacio de varias horas, y poder anunciar que había llegado el momento de la Fiesta Bíblica llamada Yom Teruah (Día de Proclamación) al son de los cuernos. En ésta se daba el anuncio de buenas nuevas al son del sonido emitido por los cuernos, a este sonido se le llamaba Teruah, que era un sonido específico que se hacía cada año para preparación de la Proclamación o Aclamación de la llegada del que sería el Mesías prometido.

La Biblia enseña:

En el séptimo mes, el día uno, tendrán convocación santa y no harán ningún trabajo servil. Será para ustedes Yom Teruâh [Día de Proclamación].

Números 29:1

Habla a los hijos de Israel y diles: En el séptimo mes, el día uno del mes, tendrán Shabbatôn [Gran Descanso], un memorial de Teruâh [Proclamación], una convocación santa. No harán ningún trabajo servil, pero presentarán una ofrenda encendida a YAHWEH.

Levítico 23:24-25

Bienaventurado el pueblo que conoce tu Teruah, oh YAHWEH, pues a la Luz de tu Rostro, andará.

Salmo 89:15

Ese día todos debían estar atentos pues aquel día se conocía como el Día Encubierto el que nadie sabía.

¡Canten con gozo a Dios, fortaleza nuestra! ¡Proclamen al Dios de Jacob! Entonen canto y toquen el pandero, la flauta dulce y el salterio. Toquen en la Luna Nueva el shofar [cuerno], en la fiesta del Día Encubierto.

Salmo 81:1-3

Es decir, la narración del Evangelio de Lucas nos dice exactamente que la fecha del nacimiento de Yeshúa fue un día de Yom Teruah [Día de Proclamación] que precisamente tenía que ver con la llegada del Mesías, en medio de la Gran Vigilia de Proclamación o del Día Encubierto.

Esta fiesta de Yom Teruah se celebra de acuerdo al calendario Bíblico el día 1° del séptimo mes llamado comúnmente “Tishrei” o como lo llama la Biblia “Eitanim”, y el día 1° de este mes comúnmente cae en septiembre, aunque algunas veces en octubre. Por ejemplo; para el año 2013, el 1° de “Eitanim”, cayó el 5 de septiembre, para este año 2014 cayó el 25, para 2015 caerá el 14 y para 2016 caerá el 3 de octubre.

Entonces, si la Biblia sí enseña con exactitud la fecha del nacimiento del Mesías ¿por qué trasladarla a más de tres meses, para que coincida justamente con la fiesta pagana del 25 de diciembre día de la Natividad o Navidad del Deo Sol Invictus (Dios Sol Invencible) o Tammuz?

¿Si se tratase de celebrar realmente el nacimiento del Mesías Salvador lo lógico no sería hacerlo con base a la fecha que registra la Biblia? ¿Por qué insistir en hacerlo en una fiesta que no corresponde a la fecha que es? ¿O será que se persiste en el error de celebrarlo en Navidad solo por el hecho de que estamos absortos por las tradiciones paganas que hemos heredado del catolicismo y a las cuales no queremos renunciar y nos cuesta salir de aquella idolatría?

Lo triste de todo esto, es que cuando celebramos el nacimiento del Mesías en Navidad, lo que estamos haciendo es rebajarlo al estado de un ídolo como Tammuz, y así le estamos robando toda su gloria y honra que el Padre Eterno le ha dado.

Es lo mismo que pasó con Israel cuando salió de Egipto, pues Aarón les señaló una imagen de un becerro hecho de oro y dijo:

Israel, este es tu dios, que te sacó de la tierra de Egipto.

Éxodo 32:4

Habían rebajado al Eterno Dios Creador de los cielos y la tierra a un simple ídolo. Por eso, al cuarto mes del calendario Bíblico los judíos le llamaron Tammuz, pues en el cuarto mes habían hecho el becerro de oro.

Después de haber leído este escrito ya no tienes ninguna excusa para seguir celebrándolo Navidad y si lo heces es porque deseas persistir de adrede en el engaño de la idolatría.

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