Lamentablemente se ha pensado de manera errada que la mujer al ser hecha como “ayuda idónea” del varón, está para servir a su marido en todo, pero en ninguna parte de las Escrituras Sagradas dice en realidad que esto sea así y tampoco dice que ella sea “ayuda idónea”.
Yo sé que alguien dirá: “Usted está equivocado porque la Biblia dice eso en Génesis 2:18”. Sí, eso lo dicen las versiones o traducciones de la Biblia al español, pero para estudiar la Biblia hay que saber qué dice el texto hebreo en que fue escrita, y el texto hebreo dice que Dios le dio al varón una:- “
La palabra “
Es por eso, que como consejero familiar, muchos hombres vienen a mí quejándose porque sus mujeres parecieran que se oponen a lo que ellos quieren hacer, y lo único que ellas están haciendo es su rol natural. No se trata que ellas se oponen por quererlo hacer simplemente, sino para que el varón pueda reflexionar y con mayor certeza tomar las decisiones necesarias. Ese mismo rol lo tuvo Dios con Israel, pues Él era “êzer” “ayuda” para Israel a fin que éste no se precipitadamente. De la palabra “êzer” viene el nombre “Eliêzer” “Dios es mi auxilio” o “Even-êzer” “Piedra de auxilio”.
Por eso, cuando la mujer le dice a su marido cosas como: ese negocio no me trae paz, esa persona no me gusta, no creo que sea lo correcto y/o similares, no es porque le quiera llevar la contraria, es porque está ejerciendo su rol para lo que fue creada. Por lo tanto, no dudes varón en escuchar a tu esposa y más si ésta es una mujer temerosa de Dios, pues así, tú varón como cabeza de tu casa puedas tomar las mejores decisiones.
De ahí que las Santas Escrituras ordenen:
Esposos, amen a sus esposas, de la misma manera en que el Mesías amó a la iglesia, a tal grado que se entregó por ella… Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. Pues el que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también el Mesías a la iglesia.
Efesios 5:26, 28-29
Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.
Colosenses 3:19
Los esposos, comprendan a sus esposas, mostrándoles que ellas tienen valor, y tratándolas como a una vasija muy frágil, pues ellas son coherederas de la gracia de la vida. De esta manera sus oraciones no tendrán estorbo.
1 Pedro 3:7