Constantemente tenemos el deseo profundo de ver la gloria de Dios sobre nosotros. Este fue el mismo deseo de Moisés.
La Biblia enseña:
Entonces él [Moisés] dijo a YAHWEH: -¡Te ruego que me permitas ver tu gloria!-
Éxodo 33:18
La palabra que se traduce usualmente en la Biblia como “gloria”, es el vocablo hebreo “
Es decir, que llevar la gloria de Dios sobre nosotros demanda una gran responsabilidad y un gran compromiso, pues es un peso que debemos saber llevar y al cual no podemos renunciar si queremos ser hijos de Dios.
De allí entendemos lo dicho por el Señor Yeshûa:
Carguen mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.
Mateo 11:29-30
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.
Lucas 9:23-24
Ese peso que es la Gloria de Dios, se debe entender como el peso de ser hijos de Dios, es llevar acuestas ese honor de haber sido llamados por Él a formar parte de su reino de Sacerdotes, lo que implica un constante compromiso y una férrea perseverancia.